Tony Pérez. |
- Que se levante un
movimiento social tan grande y sostenido como el del 4% por ciento del PIB para
la educación pre-universitaria, en contra del desastre en el tránsito vehicular
y peatonal en República Dominicana.
En principio todos los
días, y luego una o dos veces al mes, nos apostaríamos en las esquinas de las
ciudades para abuchear y sacar la lengua a los chóferes del transporte público
de pasajeros y conductores privados que anden zigzagueando y violando la ley de
tránsito…
Y agarrar por las orejas
a transeúntes holgazanes e inconscientes que evadan los cruces peatonales y las
franjas blancas dispuestas para ellos y se desplacen en cualquier dirección
para acortar distancia. O por lo menos obligarlos a que cumplan con las normas.
Mejor si nos acompañamos
de muñecos, bien grandes y coloridos, para que la vergüenza sea mayor.
–Que armemos un ejército
de paz por barrio, por residencial y por cada avenida para descubrir a los
delincuentes callejeros y de saco y corbata de todos los colores, incluidos los
“independientes”, a sabiendas de que estos últimos prohíjan a los primeros y
hasta matan más. Sólo que la sociedad los tipifica como serios.
- Que formemos un gran
frente contra los sucios de todas las clases sociales que llenan con basura las
calles de sus vecindarios y las avenidas y carreteras.
- Que elaboremos un álbum
de la corrupción que abarque desde Trujillo hasta Danilo Medina, pasando por
Bosch, Caamaño, el Triunvirato, Balaguer, Guzmán, Majluta, Jorge Blanco,
Hipólito Mejía y Leonel Fernández. Que se imprima fotografías de todos los
personajes de la política, el empresariado, las iglesias y demás sectores
sociales matrimoniados con el robo del erario o la perversión de la sociedad,
para ser presentadas durante un acto multitudinario en el Estadio Olímpico.
Con eso me conformaría
por ahora. Ah, serían innecesarios los 99 mil 600 millones de pesos consignados
para educación en el Presupuesto y Ley de Gastos Públicos del 2013, porque no
es condición sine qua non ser un escolarizado para exhibir aunque sea 4% de
educación doméstica y ciudadana. Bastaría una buena dosis de responsabilidad,
buena voluntad y sinergias. Si hay dudas sobre las probabilidades de este
atrevimiento, preguntémosles a nuestros viejos y nuestras viejas, si no lo
hacían bien pese a ser víctimas de la exclusión social.
No hay comentarios:
Publicar un comentario