Carlos Sosa. |
Quiero
creer que voy a mirar este nuevo año como si fuese la primera vez que desfilan
365 días ante mis ojos.
Paulo Coelho
Los comienzos son soles matinales, luego se
convierten en días cargados de inconvenientes.
El día es un comienzo, el año nuevo es un comienzo, las relaciones
nuevas son luz del día y en todo, aplica ponerle gotas de sabiduría. Para todo
el despertador, o la alarma, (nos pone a tono con los compromisos) procura que
no haga mucho escándalo, es tu despertador no el de quien se quiere quedar
durmiendo.
La agenda; es
vital para programarnos, que hacer, cómo y cuándo, durante el té o el café la
revisamos y es rechulo. Informarnos, salir a la calle sin saber cómo está el
mundo, nos arriesga a que tengan que darnos noticias “los desinformadores”. Este inicio es prometedor, no obstante
evitemos morir con las horas, con el día a día y con sus adversidades, “las ilusiones son las únicas armas
invisibles que se materializan cuando hay coraje”. Evitemos morir,
espiritualmente.
¿Quién
muere?
Muere lentamente
quien se transforma en esclavo del hábito, repitiendo todos los días los mismos
trayectos, quien no cambia de marca, no arriesga vestir un color nuevo y no le
habla a quien no conoce.
Muere lentamente
quien hace de la televisión su gurú. Muere lentamente quien evita una pasión,
quien prefiere el negro sobre blanco y los puntos sobre las íes a un remolino
de emociones, justamente las que rescatan el brillo de los ojos, sonrisas de
los bostezos, corazones a los tropiezos y sentimientos.
Muere
lentamente quien no voltea la mesa cuando está infeliz en el trabajo, quien no
arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien no se
permite por lo menos una vez en la vida, huir de los consejos sensatos.
Muere lentamente quien no viaja, quien no lee, quien
no oye música, quien no encuentra gracia en sí mismo. Muere lentamente quien
destruye su amor propio, quien no se deja ayudar.
Muere lentamente, quien pasa los días quejándose de
su mala suerte o de la lluvia incesante.
Muere lentamente, quien abandona un proyecto antes
de iniciarlo, no pregunta de un asunto que desconoce o no responde cuando le
indagan sobre algo que sabe.
Evitemos la muerte en suaves cuotas, recordando
siempre que estar vivo exige un esfuerzo mucho mayor que el simple hecho de
respirar.
Solamente la ardiente paciencia hará que
conquistemos una espléndida felicidad.
El
autor es Educador
carlos.sosao@minerd.gob.do
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