Dr. Ubiera, retinólogo. |
Luchy Placencia
S.D. De los 300 mil nacidos vivos cada año en el país, alrededor del 12 por ciento son prematuros y, de éstos, entre 150 y 300 corren el riesgo de quedar ciegos, tragedia que el retinólogo Juan Lorenzo Ubiera atribuye a la negligencia médica o paterna en el tratamiento de estos casos.
El presidente de la
Fundación contra la Retinopatía de la Prematuridad afirma que más del 33 por
ciento de los niños y niñas que acuden al Patronato Nacional de Ciegos
perdieron la visión por esta causa, que sólo podrá ser combatida “cuando sean
establecidas sanciones legales contra los médicos y padres que incurran en
negligencia”.
“La retinopatía de la
prematuridad es la principal causa de ceguera en la infancia. República
Dominicana debe dejar establecida la responsabilidad médico-legal, a fin de que
los médicos informen de manera obligatoria a los padres que los bebés nacidos
antes de tiempo deben ser evaluados por un oftalmólogo especializado antes del
primer mes de vida”, expone.
El especialista de la
Fundación Centro Láser asegura que aumenta constantemente el número de casos de
bebés prematuros condenados a la ceguera porque algunos médicos involucrados en
su manejo no están concientizados acerca de los graves riesgos que encierra la
retinopatía de la prematuridad.
Asimismo, agrega
Ubiera, muchos padres no atienden el referimiento del pediatra al oftalmólogo
especializado, lo que en algunos países también es sancionado, incluso con el
traspaso de la custodia de los bebés a padres adoptivos.
“En República Dominicana, cuando un bebé queda ciego por retinopatía de la prematuridad, no se responsabiliza a los médicos ni a los padres ni al Estado; no hay penas ni sanciones, a pesar de que esas criaturas quedan sin visión de manera irreversible, lo que es totalmente evitable en nuestros días”, añade.
“En República Dominicana, cuando un bebé queda ciego por retinopatía de la prematuridad, no se responsabiliza a los médicos ni a los padres ni al Estado; no hay penas ni sanciones, a pesar de que esas criaturas quedan sin visión de manera irreversible, lo que es totalmente evitable en nuestros días”, añade.
Ubiera explica que el
país cuenta con servicios completamente gratuitos de oftalmología pediátrica en
maternidades como Nuestra Señora de La Altagracia, de Los Mina y de La Mujer,
en Santo Domingo; y hospitales como el José María Cabral y Báez, de Santiago.
Asegura que cuando un
bebé prematuro queda ciego, es porque han fallado los sistemas estatales de
referimiento y canalización médica, así como de concientización a los padres,
dado que cada recién nacido debe ser sometido a pruebas diagnósticas, controles
de visita, seguimiento estricto y manejo adecuado por parte de especialistas.
El presidente de la
Fundación contra la Retinopatía de la Prematuridad considera que garantizar la
salud visual de los prematuros debe constituir una prioridad dentro de las
políticas de salud y seguridad social del Estado dominicano, asumida
especialmente por el Ministerio de Salud Pública.
Totalmente prevenible
La retinopatía de la
prematuridad es una complicación totalmente prevenible con los avances de la
oftalmología moderna: lo único que debe hacerse es referir a los bebés a los
servicios especializados públicos o privados.
“Algunos prematuros
quedan ciegos porque, al no recibir atención oftalmológica adecuada, los vasos
sanguíneos que alimentan la retina no se desarrollan normalmente y ésta no
recibe sangre. Por falta de oxígeno, el tejido muere, cicatriza y se desprende”,
explica Ubiera.
El especialista de Centro Láser establece que los bebés de menor peso, unas tres libras y media, y mayor prematuridad, entre 28 y 32 semanas, son los más proclives a desarrollar retinopatía.
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