El
hombre fuerte crea los acontecimientos,
y el débil soporta lo que el destino le
impone... (De Vigil)
A Manuel Marino Henríquez Peña
Sesenta y dos años cumplió la casa que le albergó para que el repartiera sueños y esperanzas, una multitud de saberes establecidos y compartidos en el paradigma o en la utopía del todosepuede, la sexagenaria Escuela normal Luis Napoleón Núñez Molina de Licey Santiago, a la sazón. Merecido homenaje de palabras y testimonio escrito.
Carlos Sosa |
Faro de humildad, decoro, fe
inquebrantable y laboriosidad de herencia. Apicultor por demás, para
recordarnos que “ya están haciendo las suyas las abejas en la flor”…Déjame Maro
aprovechar para devolverte lo que es tuyo, estos versos pequeñitos de aprendiz
impenitente, que te escribí mientras, nos dabas la charla conferencia: “El Agua
y su Amenaza: el Hombre.”
Leche y miel / en el fondo de una copa: tus ojos / adivinando el dolor de una sonrisa / cada vez que octubre / canta veintiséis poesías / y te recuerda el surco y la miel / la cal pulida en tus dedos / doblando el bronce con amor / “La vida es muy corta / para andarla con odios”
Del mar como tu nombre / de todos como el pan / un Palmarito lleno de lluvias y nostalgias / de un vientre bendecido tantas veces / como peña de riachuelo / que guarece peces / y sigues ahí ¡qué bueno! Lidiando / vertical como cedro celoso / de Dios, de la savia de la vida, de ella… y si me preguntaras ¿por qué? / Teclean mis dedos estos versos / es que alguna vez, me vi en ti / perdón, aprendí de usted / viendo sus ojos de leche y miel.
Leche y miel / en el fondo de una copa: tus ojos / adivinando el dolor de una sonrisa / cada vez que octubre / canta veintiséis poesías / y te recuerda el surco y la miel / la cal pulida en tus dedos / doblando el bronce con amor / “La vida es muy corta / para andarla con odios”
Del mar como tu nombre / de todos como el pan / un Palmarito lleno de lluvias y nostalgias / de un vientre bendecido tantas veces / como peña de riachuelo / que guarece peces / y sigues ahí ¡qué bueno! Lidiando / vertical como cedro celoso / de Dios, de la savia de la vida, de ella… y si me preguntaras ¿por qué? / Teclean mis dedos estos versos / es que alguna vez, me vi en ti / perdón, aprendí de usted / viendo sus ojos de leche y miel.
El
autor es Educador
carlos.sosao@minerd.gob.do
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