LA MUSICA CRISTIANA
Por Jose el Haiatiano.-
Música Cristiana
La música cristiana tiene su origen exactamente idéntico al de esa religión; el cristianismo adoptó la música, con características particulares, como una forma más de ceremonia litúrgica. La música cristiana nació como una oración cantada, cargada de devoción ("el que canta, ora dos veces" diría San Agustín).
De la música cristiana antigua, esto es anterior a la edad media, no se conoce autor, esto en razón de que su único objetivo era configurarse en una plegaria y no en una obra artística. La música cristiana conoció a lo largo de su existencia una cantidad enorme de géneros. El más antiguo y quizás el primero de ellos es la Salmodia, costumbre de los primeros griegos de que un solista y algún coro cantaran salmos completos con una estructura silábica.
Ya por el siglo V de nuestra era, la música cristiana conoce otros géneros conocidos como “común de misa” en los que la liturgia bizantina transforma ciertos textos en canciones uniformes que serían parte de todas las celebraciones del sacrificio de Jesús; allí nace la misa como la conocemos y los cánticos como el Gloria, el Credo, Agnus Dei, Cristo ten piedad (o Christe eleison derivado Kyrie eleison), etc.
Proveniente de la antigua Judea y encallando en la iglesia ambrosiana italiana, la antífona (canto alternado entre dos coros antes de los salmos) se instaura con fuerza en las costumbres. Además del común de la misa, esta celebración contenía cantos propios para determinadas fechas como el introito, el ofertorio, la comunión, etc., que le imprimen aún más variedad a la música cristiana. El canto gregoriano evolucionó hasta los géneros conocidos como tropo (de origen bizantino) y la sequentía.
El camino recorrido por la música cristiana hasta la actualidad es sorprendente y más llamativo aún es que se trate de un proceso acumulativo donde mucho ha cambiado pero mucho se conserva. Bajo el título de música cristiana actualmente se encierra gran diversidad de géneros musicales cuyo contenido es el mensaje cristiano.
La música cristiana, como la música en sí, tiene el poder de generar un clima, un ambiente donde el mensaje penetra con mayor profundidad. Los cantos alegres como el Góspel estadounidense han evolucionado a gran cantidad de géneros musicales como la salsa, el reggaetón, el rock and roll, el rap, country, western, jazz, Broadway, folk, clásico, Nueva Era, etc. Esta música cristiana está dirigida, de manera proselitista, hacia los jóvenes.
Grandes autores de fama internacional como Juan Luis Guerra, Ricardo Montaner, Yuri, etc., se han sumado a las filas de la música cristiana incorporando en sus letras el mensaje de Dios.
La música invade la vida de las personas; es una compañera en los momentos de soledad, ameniza los encuentros, es fuente de sosiego, de alegría; la música cristiana es un bálsamo, una luz para el alma, es un canal inigualable para transmitir vivencias, testimonios e ideas.
Las personas pasan incontables horas absorbiendo música; en su casa, en el transporte, en el trabajo o a través de internet. Los jóvenes son los grandes consumidores de música y los más abiertos a encontrar nuevas respuestas a sus preguntas incipientes, sobre la vida, la muerte, la trascendencia, el dolor, la felicidad.
La música cristiana pretende ofrecer una visión distinta de la vida, de las relaciones, del amor. Esta avanza a pasos agigantados, llena estadios, invade emisoras, ocupa rankings.
Existen un sin número de artistas de canciones cristianas, que con su esfuerzo y dedicación honran a nuestro señor Dios, entre los cuales están: Abel Zavala, Ada y Renato, Alabanza llamada final, Alejandro Alonso, Alejandro del Bosque, Alex Campos, Alex Roa, Alex Zurdo, Aline Barros, Alison Krauss, Álvaro López & Res Q Band, Annette Moreno, Año Cero.
El autor es Comunicador
jose_hatiano@hotmail.com
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