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jueves, 18 de octubre de 2012

Solicitud al Presidente Danilo Medina


Andrés Gabino Concepción (Tite)

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Querido compañero:

Le estoy enviando una sugerencia que desde la época del padre del faraón Rances II en Egipto muestra su momia que murió sin dientes, fruto de una Paradentosis (Piorrea).

Lo mismo le sucedió al presidente de Estados Unidos George Washington que perdió todos sus dientes y le colocaron la primera prótesis dental que conoce la historia.

Otra víctima de la piorrea fue Trujillo. El preparó un equipo dental en el Palacio Nacional y le fabricaron su prótesis dental.

Eso demuestra que perder la dentadura le puede suceder al poderoso, como al más simple de los mortales. Al rico como al pobre. El rico puede ir donde un odontólogo y buscar los dientes que perdió, el pobre y muy pobre no.

Las caries dentales son la segunda enfermedad de la humanidad, apareció primero que el hombre como lo demuestra un dinosaurio que está en el museo de la ciudad de Ebelta, Canadá, que exhibe en uno de sus molares una carie dental que cabe un hombre sentado.   

Está demostrado que una persona de 75 años de edad, con sus dientes sólo asimila el 50% de lo que come. El que no tiene dientes le abre la puerta del cementerio con sólo un 25% asimilado, porque tiene que tener un estomago con dientes, primero tiene que triturar en el estomago los alimentos que se traga y luego digerirlo con sus consecuencias negativas.

Compañero Danilo el problema del dominicano pobre muy pobre, no sólo es que tiene que hacer el sacrificio para buscar qué comer, sino que también no puede comerse lo que consigue por no tener sus dientes.

En toda la historia de salud pública nadie se ha ocupado del que no tiene dientes. Es un marginado social que sólo tiene derecho de ir con el dolor de las piezas dentarias al hospital a dejarlas en el zafacón del dentista sin que vuelva a su boca jamás.

Deténgase a mirar detenidamente a un anciano sin dientes: su rostro se ve disminuido, la cara muestra una ida a destiempo al cementerio, la tristeza lo delata, se siente como que llegó a su final.

El anciano pobre que recupera sus dientes sonríe a mandíbula batiente, se siente seguro al hablar, no tiene complejo. Es un ser humano rescatado en su sociedad. Igual le pasa al joven que recupera sus dientes.

Los jóvenes pobre y muy pobres de esta sociedad viven como desechos sociales, por la falta hasta de un sólo diente, se convierten en resentidos sociales, acomplejados, no participan en el sector donde viven.

Hay una forma para resolver las huellas del pasado, recuperar la faz de la cara, disminuir las arrugas, recuperar la sonrisa, verse menos viejo, poder triturar los alimentos que dejó de comer hace años por no masticar aunque fueran sus alimentos favoritos en su juventud.

Nadie se considera viejo emocionalmente, pero al perder sus dientes el espejo lo descubre.

Compañero Medina vamos a crear el departamento de prótesis dental para devolverle la alegría a ese viejo que tanto luchó por el país que usted sueña.
El autor es Dentista e Historiador

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